El PSOE de Abarán dice tener la certeza de que el antiguo edificio de la residencia Santa Teresa volverá a ser municipal

La tan llevada, traída y discutida titularidad del edificio de la antigua residencia de la Tercera Edad Santa Teresa, en Abarán, parece tener los días contados. Esa es, al menos, una de las impresiones que se desprenden de la última rueda de prensa del PSOE abaranero.

En este sentido, los socialistas dicen tener la certeza de que, gracias a su insistencia, y a la buena voluntad de algunas personas de la Fundación Santa Teresa, este polémico asunto, llegará a buen fin.

Y es que, según se ha sabido ahora, en los últimos tres meses, se han mantenido sucesivas reuniones de carácter privado entre miembros del Grupo Municipal del PSOE y representantes de la referida Fundación, lo que posibilitará que el tema no tenga que acabar en los juzgados, tal y como expresaba la concejal Rosa García , « el asilo pronto va a volver a ser municipal, como siempre fue; ni cedido por 100 años -como decía el alcalde- ni regalado como favor, sino con escritura a nombre del ayuntamiento », decía la edil.

Este asunto, que ha ocupado muchos minutos de acalorados debates entre el equipo de Gobierno municipal del PP y el Grupo socialista -en la oposición- había desencadenado que estos últimos decidieran trasladar su denuncia ante el juzgado, al estimar que las personas que integraban la Fundación Santa Teresa, gestora de la residencia, se habían apoderado del edificio, al haber escriturado la propiedad a nombre de la citada Fundación.

Desde las filas socialistas se ha querido dejar claro que este más que posible desenlace amistoso obedece al trabajo desarrollado por sus concejales, aunque, aseguran que « otros vendrán a hacerse la foto. Ni el alcalde, ni sus concejales han intervenido. Lo aclaramos porque mucho nos tememos que, cuando esto se solucione ya del todo, saldrá el alcalde diciendo que esto ha sido por obra y gracia de su gestión. Pero el pueblo tiene que saber que los verdaderos artífices hemos sido nosotros, y la buena voluntad de algunos miembros de la Fundación » , argumentaba Rosa García